Como es normal, no sólo quiero empaparme de la sabiduría de Pepita, también quiero que todos aquellos que ya me hayan enseñado algún plato, o estén dispuestos a hacerlo a partir de ahora, tengan un huequecito en este humilde blog.
Como Quique es cocinero y, según me ha comentado, tiene un gran repertorio de platos que enseñarme, le pedí que el primer plato fuera algo especial, que tuviera algún tipo de significado para él. Así que decidió enseñarme la primera receta que cocinó en su vida (si no me equivoco, con 8 añitos Quique ya demostraba su habilidad entre los fogones); como buen cocinero, no se conformó con algo tan simple, y vamos a ver una variante del pollo empanado riquísima y que a mi me asombró.
Esta receta está pensada como entrante para tres o cuatro personas. Nosotros lo acompañamos con algo ligerito (que veremos en las siguientes entradas) y, a pesar de lo bueno que estaba, no nos lo pudimos acabar!
Ingredientes:
- 3 Pechugas sin filetear
- 1 kg. de limones
- Pan rallado (con ajo y perejil)
- Huevos
- Harina
Colocamos la pechuga en un bol grande, la salpimentamos al gusto y exprimimos los limones hasta que quede más o menos cubierto (seguramente lo ideal sería que la pechuga quedase totalmente cubierta de zumo de limón, pero sería gastar muchos limones y el resultado es lo mismo). Tapamos el bol, por ejemplo con film, y lo metemos a la nevera tres ó cuatro horas (tendremos que saber con antelación lo que vamos a cenar para poder hacer esta receta! Otra posibilidad, para los impacientes como yo, es dejarlo dos horitas).
Quique nos informa de que no nos tenemos que asustar, cuando saquemos la pechuga del frigorífico, del color que tenga, ya que el limón "quema" la carne y ésta se empieza a cocer.
Escurrimos la pechuga y preparamos en un plato un poco de harina; en otro plato batimos dos ó tres huevos; y, en el último plato, colocamos el pan rallado.
Ponemos una sartén, con aceite abundante para poder freír, al fuego y, cuando esté suficientemente caliente, empezamos a empanar las tiras de pechuga: primero las metemos en harina (enharinamos la pechuga de modo que sólo quede la harina pegada a la pechuga), después en huevo y, por último, lo rebozamos en el pan rallado. Las metemos a la sartén y...listo!
Ya tenemos nuestras rabas de pollo marinadas, riquísimas y fáciles de hacer.
Muchas gracias a Quique por su colaboración, espero que os guste y que os animéis a probarlo!!
Muchos de nada Julia. =)
ResponderEliminarMe he emocionado un montón al leer esta entrada. =')
Ha sido un placer cocinar contigo y espero poder repetir próximamente. ;)
Un abrazo enorme!! ^.^
Vaya tandem! Saludos a los chefs
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