lunes, 31 de marzo de 2014

Ximos (Chimos) de Castellón

La semana pasada fueron las fiestas de la Magdalena, de Castellón; aunque no tuve tiempo de escribir la entrada, sí que saqué un huequecito para que mi madre me enseñara esta típica receta de Castellón, los ximos.

A pesar de no ser naturales de aquí,  nos encanta llevarnos un par cuando salimos de casa para cenar durante las fiestas. Así que aquí va la receta, en honor a esta ciudad que hay q conocer para tener cariño!

Ingredientes (para unos 24 ximos):

- 2 pimientos rojos
- 2 cebollas
- 8 huevos
- 500 gr. de tomate triturado para freír
- 300 gr. de atún en conserva
- 24 panes de ximo (mi madre lo compró en mercadona, aunque de panadería son más pequeños y quedan mejor)
- 1 litro de leche entera

Preparación:

Sofreímos el pimiento y la cebolla, por separado hasta que se poche.
En otra sartén, freímos el tomate y lo mezclamos todo.
No nos olvidemos de añadir sal al gusto; al tomate le podemos añadir un poco de azúcar para quitarle la acidez.

Mientras, hervimos 6 huevos en una olla con agua y sal.
Una vez están duros, los pelamos y cortamos lo más pequeño posible, para así mezclarlo junto con el atún (que previamente hemos escurrido) y con la mezcla realizada anteriormente.

Ya tenemos el relleno hecho, ahora toca cortar una de las puntas de cada panecillo y quitar la molla de dentro (no os olvidéis de guardar la molla para tapar después el pan).
Metemos el relleno dentro del pan, apretando lo máximo posible para que después quede más bueno; tapamos los panecillos con las mollas.

Ponemos a calentar aceite para freír y, mientras, batimos dos huevos y ponemos la leche en un bol. Mojamos cada panecillo en la leche (con cuidado de que no se empape demasiado, pero es bueno que se quede jugoso) y después en el huevo.
Lo freímos hasta que se coja color, lo dejamos enfriar y ya tenemos los ximos preparados!

Es una receta laboriosa, pero vale la pena probarlos! Espero que os animéis a probarlo para llevaroslo de excursión! 

lunes, 17 de marzo de 2014

Crema de verduras

Esta semana la receta va dedicada a la persona que me ha acompañado durante una pequeña temporada (para mi gusto demasiado pequeña) en mis descubrimientos en la cocina, Yasmina.
Es una receta sencilla a la vez que sana, pero que tiene un gran significado para nosotras.

Se puede acompañar con algo de carne, por ejemplo, para darle más cuerpo. Yo,como era para cenar,  me lo solía tomar solo, pero a Yasmina le gustaba acompañarlo con unas riquísimas albóndigas, que por supuesto cocinaba antes de añadirlo a la crema. 

Ingredientes:
  • 1 cebolla
  • 1 calabacín 
  • 1 ó 2 zanahorias
  • 1 pimiento rojo
También se le puede añadir patata, o cambiar las cantidades al gusto


Preparación:

Pelamos y cortamos toda la verdura ( cuanto más pequeños sean los cachos mejor, ya que así tardará menos en cocerse y gastaremos menos). 
Lo ponemos todo en una olla, añadimos el agua hasta que cubra toda la verdura, añadimos sal y colocamos la olla a hervir. Ponemos el fuego al máximo; cuando empiece a hervir, bajarlo al mínimo (es importante tapar la olla para que se mantenga el calor, aunque no del todo para que el vapor pueda salir). 

Para saber si la verdura está hervida, pincharemos la verdura que en crudo sea más dura, en este caso la zanahoria; pero debemos de tener en cuenta que tarda alrededor de una hora. 
Cuando la verdura esté hecha, la metemos en un recipiente para batirla y la salpimentamos al gusto; podemos ponerle algo del caldo para que no sea tan espeso.

Yo os recomiendo guardar el caldo de verduras, para así poder preparar un arror más sabroso, o un caldito.

Y ya tenemos la crema de verduras,espero que os guste y que lo disfrutéis junto a los que más queréis, yo siempre recordaré esos momentos que acompañábamos con este  plato!


La presentación es de Quique, que añadió un poco de nata montada, picatostes (que por cierto hacen la crema más rica), y la piel del calabacín "escalfada". Gracias otra vez por tu colaboración!


lunes, 10 de marzo de 2014

Rabas de pollo marinadas con empanado a la provenzal

Hoy aprenderemos a cocinar con Enrique Alcón Suárez, más conocido como Quique, amigo y cocinero.
Como es normal, no sólo quiero empaparme de la sabiduría de Pepita, también quiero que todos aquellos que ya me hayan enseñado algún plato, o estén dispuestos a hacerlo a partir de ahora, tengan un huequecito en este humilde blog.

Como Quique es cocinero y, según me ha comentado, tiene un gran repertorio de platos que enseñarme, le pedí que el primer plato fuera algo especial, que tuviera algún tipo de significado para él. Así que decidió enseñarme la primera receta que cocinó en su vida (si no me equivoco, con 8 añitos Quique ya demostraba su habilidad entre los fogones); como buen cocinero, no se conformó con algo tan simple, y vamos a ver una variante del pollo empanado riquísima y que a mi me asombró.

Esta receta está pensada como entrante para tres o cuatro personas. Nosotros lo acompañamos con algo ligerito (que veremos en las siguientes entradas) y, a pesar de lo bueno que estaba, no nos lo pudimos acabar!

Ingredientes: 

  • 3 Pechugas sin filetear
  • 1 kg. de limones 
  •  Pan rallado (con ajo y perejil)
  • Huevos 
  • Harina
Preparación: 

Fileteamos la pechuga y la cortamos en tiras, intentando que quede del mismo tamaño.
Colocamos la pechuga en un bol grande, la salpimentamos al gusto y exprimimos los limones hasta que quede más o menos cubierto (seguramente lo ideal sería que la pechuga quedase totalmente cubierta de zumo de limón, pero sería gastar muchos limones y el resultado es lo mismo). Tapamos el bol, por ejemplo con film, y lo metemos a la nevera tres ó cuatro horas (tendremos que saber con antelación lo que vamos a cenar para poder hacer esta receta! Otra posibilidad, para los impacientes como yo, es dejarlo dos horitas).

Quique nos informa de que no nos tenemos que asustar, cuando saquemos la pechuga del frigorífico, del color que tenga, ya que el limón "quema" la carne y ésta se empieza a cocer. 

Escurrimos la pechuga y preparamos en un plato un poco de harina; en otro plato batimos dos ó tres huevos; y, en el último plato, colocamos el pan rallado.
Ponemos una sartén, con aceite abundante para poder freír, al fuego y, cuando esté suficientemente caliente, empezamos a empanar las tiras de pechuga: primero las metemos en harina (enharinamos la pechuga de modo que sólo quede la harina pegada a la pechuga), después en huevo y, por último, lo rebozamos en el pan rallado. Las metemos a la sartén y...listo!





Ya tenemos nuestras rabas de pollo marinadas, riquísimas y fáciles de hacer.
Muchas gracias a Quique por su colaboración, espero que os guste y que os animéis a probarlo!!

jueves, 6 de marzo de 2014

Arròs al forn (Arroz al horno)

La primera  receta que Pepita nos ha enseñado es el arroz al horno, plato que seguramente se comerá en todas las mesas castellonenses prácticamente todos los domingos. Yo, como proveniente de una buena familia “no castellonense”, no probé el arroz al horno hasta tres años atrás; por supuesto, me encantó.
A partir de ahora, gracias a Pepita, podré probar más asiduamente esta riquísima receta.

Ingredientes:
  • ¼ kg. de costillas de cerdo
  • 4 ó 5 morcillas (Pepita nos las recomienda sequitas, ya que si están tiernas se partirán)
  • 5 ó 6 dientes de ajo
  • 3 ó 4 tomates
  • 2 ajos tiernos
  • ¼ calabaza (hay gente que le pone patata)
  • 400 gr. Arroz
  • Pimentón
  • Colorante
Preparación:
Para empezar, precalentamos el horno a 250 grados.
Sofreír las costillas de cerdo junto con las morcillas.  Apartamos las morcillas y añadimos los dientes de ajo sin pelar (así tiene más sabor) y los tomates en rodajas.
Añadimos el sofrito en la bandeja que pondremos más adelante en el horno, sin añadir el aceite, ya que lo utilizaremos para sofreír los ajos tiernos y la calabaza.

 

Medimos el arroz en tazas, para así poder precalentar el doble de agua que de arroz en un cazo.
Sofreímos el arroz, añadiendo el pimentón y el colorante.
Colocamos el sofrito en la bandeja, junto con el agua ya caliente. Una vez colocados todos los ingredientes en la bandeja, la meteremos en el horno, a 250 grados.
No nos olvidemos de añadir la sal al gusto.
Cuando el agua esté casi evaporada, añadiremos las morcillas (es importante tener en cuenta que Pepita hace esto porque las morcillas que teníamos estaban tiernas, y no quería que todo supiera a morcilla).
Pepita nos informa que mucha gente añade garbanzos al arroz al horno, pero ella sólo lo hace cuando anteriormente ha hecho puchero, aprovechando así la comida.
Vigilar el arroz y probar que esté bien de sal.
Una vez el agua esté evaporada, probar el arroz; en caso que aún esté un poco duro, apagar el horno y dejar la bandeja dentro, dejando así que termine de hacerse.

Como podemos ver, es una receta sencilla y sabrosa a la vez. Ahora solo toca disfrutarla con los que más queremos. Espero que os guste y que os animéis
a comentar cómo os ha salido!